Esta semana hemos conocido la presentación de un “Plan de Rescate de Matemáticas”, calificado como pionero en la página oficial de la Comunidad de Madrid. Desde la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas (SMPM) queremos compartir algunas reflexiones a propósito de esta iniciativa, tomando como referencia la nota de prensa publicada en el portal oficial de la Comunidad de Madrid, y recordando a la Consejería que el curso pasado la SMPM presentó un plan de formación serio, fundamentado, flexible y viable económicamente, que incluso comenzó a desarrollarse de manera piloto en el CTIF Sur. 

Nos preocupa especialmente el uso del término “rescate”. Según algunas de las acepciones recogidas por la RAE, “rescatar” significa desde “recobrar el tiempo perdido” hasta “recuperar por la fuerza lo que el enemigo ha cogido”. Ninguna de estas connotaciones parece adecuada cuando se habla de Educación. Entendemos que un buen plan tiene que nacer de la voz de las sociedades profesionales que representan a quienes viven la realidad del aula, para responder de manera eficaz a las necesidades del profesorado, del alumnado y de las familias. 

Para diseñar un plan sólido no basta con analizar datos de rendimiento: es imprescindible conocer de primera mano la situación en los centros educativos. Pretender construir sin valorar la calidad de los cimientos es arriesgar la estabilidad de toda la estructura. Desde la SMPM, cuyos socios pertenecen a todos los niveles educativos, reiteramos nuestra disposición a colaborar en cualquier iniciativa que busque mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, siempre que se haga con rigor, conocimiento y diálogo con la comunidad docente.

Ante la defensa de las matemáticas planteada desde una visión reduccionista “la aritmética y la geometría frente a la ideología”, desde la SMPM queremos recordar que el desarrollo del pensamiento lógico en la etapa de Educación Infantil es un pilar previo y fundamental al aprendizaje de la aritmética, y que la propia geometría se sostiene gracias a herramientas del álgebra. Reducir las matemáticas a etiquetas no refleja la riqueza ni la complejidad de su enseñanza.

En la primera parte del plan se menciona la necesidad de reforzar la formación de ingreso y continua sobre didáctica de las Matemáticas. Estamos totalmente de acuerdo en que hay que dar formación continua en didáctica de las Matemáticas. Una mejora real pasa por un diagnóstico serio sobre la formación del profesorado, teniendo en cuenta que en los magisterios las horas vinculadas a los departamentos de Didáctica de la Matemática han disminuido drásticamente, y que el máster habilitante ofrece muchas menos plazas que la demanda existente. Y vamos a ir más lejos, por haber estudiado matemáticas, no siempre sabes dar clase de matemáticas y transmitir los conocimientos de una manera rica, puesto que el conocimiento de la metodología y la didáctica se complementan necesariamente. Una mejora real ha de partir de un análisis serio de la forma de acceso a la carrera docente y las condiciones laborales de los profesionales de la educación.

La segunda parte del plan hace referencia a la elaboración de unas guías, que parecen sonar a repositorios de recetas pedagógicas o de contenidos. No hay métodos milagro. Desde la SMPM insistimos: no hacen falta guías prefabricadas, sino observar, analizar y construir a partir de la práctica real en las aulas. La investigación más sólida así lo demuestra: los mejores modelos surgen del análisis riguroso de prácticas docentes auténticas. Somos muchos los profesores que ya abrimos nuestras aulas para ser grabados y evaluados, precisamente porque también aprendemos en ese proceso.

Por último, el plan menciona el llamado “déficit estructural” de profesorado de matemáticas. El modo en que se plantea parece reducirse a una partida de ajedrez donde cualquier titulación en ingeniería, ciencias o incluso estudiantes de matemáticas pudieran suplir esa carencia. Pero no podemos retroceder en todo lo que la comunidad educativa ha avanzado en las últimas décadas en la formación docente desde el conocimiento especializado en contenido y en didáctica de las Matemáticas. 

Hablar de “rescate” sin definir claramente qué y cómo, es arriesgar el futuro de la enseñanza de las matemáticas en nuestra región.